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Como devolver luminosidad a un rostro aún joven.

Como devolver luminosidad a un rostro aún joven.

Nunca es demasiado pronto para cuidar la salud de la piel. Cuanto antes comencemos, más tarde envejeceremos.

«Pareces cansada.» Cuánto tememos esta frase. Sabemos perfectamente lo que significa: que nuestro rostro está apagado, que la piel está gris y ha perdido luminosidad y se vislumbran las primeras arrugas. En resumen, que estamos envejeciendo; y poco importa si solo tenemos 25 años.

Sí, porque es entre los 25 y los 30 años cuando la piel comienza a mostrar los primeros signos del tiempo. Esto depende de varios factores como, por ejemplo, problemas de microcirculación. La principal función de la microcirculación es el transporte de oxígeno y sustancias nutritivas. Si estos vasos sanguíneos pierden elasticidad y se dilatan, como sucede con el paso del tiempo, la sangre fluye más lentamente y las células ralentizan la producción de colágeno y elastina. Es un proceso inexorable. Sin embargo, conocerlo nos da una ventaja: si tomamos medidas rápidamente, podemos prevenirlo o, al menos, ralentizar sus efectos.

1. Desintoxiquémonos de los malos hábitos.

El envejecimiento es un proceso lento, a veces acelerado por factores externos como la contaminación atmosférica: las partículas en suspensión crean un velo gris sobre la piel y no la dejan respirar. Es un problema que no es fácil de resolver si vivimos en la ciudad. Sin embargo, estos factores no son todos inevitables; muchos dependen de nosotros y de nuestros malos hábitos. Si queremos mantener durante mucho tiempo un aspecto joven y luminoso es necesario, antes que nada, que los modifiquemos.

Reduzcamos el consumo de alcohol.

El alcohol es un vasodilatador, crea deshidratación, y lo que es más, dificulta la producción de vasopresina, la hormona que nos ayuda a absorber el agua. Además, reduce la vitamina A del hígado, un potente antioxidante que favorece la renovación celular. Tratemos, por lo tanto, de consumir menos alcohol reduciendo las cantidades de vino o cerveza que tomamos.

Evitemos el calor excesivo.

El sol de verano es conocido por ser un enemigo de la piel, y no sólo debido a las radiaciones UV. El calor es un potente vasodilatador y, además de reducir la microcirculación, puede crear antiestéticas rojeces y roturas de los capilares. Durante el invierno debemos, sin embargo, prestar atención al agua y a los radiadores demasiados calientes.

Durmamos más.

Dormir poco y mal mina el equilibrio de los ritmos circadianos y afecta a la calidad de la piel, que parece apagada y opaca. Si le robamos tiempo al sueño, impedimos al cuerpo producir colágeno (los fibroblastos son más activos cuando dormimos). Además, dificultamos el proceso de renovación celular: nuestro organismo lucha por eliminar los residuos acumulados a lo largo del día, y estos contribuyen a dejar nuestra piel atona y apagada. Es por eso por lo que las cremas antiedad deben aplicarse preferiblemente antes de acostarnos: por la noche la piel absorbe más rápidamente los antioxidantes y los hace más accesibles.

Intentemos ser más activos.

El ejercicio físico, especialmente el aeróbico y de bajo impacto, es una maravilla para la piel. Especialmente si estamos llevando una dieta de adelgazamiento particularmente drástica y la piel ha perdido tono y elasticidad. Durante el verano, el mejor ejercicio es también el más agradable de practicar: la natación.

Bebamos más agua.

El aporte de agua es fundamental para la piel, si tenemos en cuenta las funciones que desempeña: regula la temperatura, transporta los nutrientes a las células epiteliales y a las de la dermis y aumenta elasticidad, tono y resistencia de la piel. Por eso debemos beber mucho, especialmente en la estación cálida en la que tendemos a deshidratarnos. Comencemos en el desayuno, bebiendo agua caliente y limón: nos ayudará a eliminar toxinas del organismo.

2. Demos al cuerpo los ingredientes para construir colágeno.

El envejecimiento se debe al descenso de producción de colágeno en la dermis. Una buena razón, por lo tanto, para complementarlo. Desde hace años, los expertos debaten acerca de la utilidad de tomar colágeno para construir y regenerar la matriz extracelular: algunos sostienen que el colágeno, así tomado, lo único que haría es dividirse en los componentes básicos: proteínas y aminoácidos. La solución más eficaz es, sin embargo, la de proporcionar los elementos básicos para que el cuerpo pueda sintetizar el propio colágeno: los aminoácidos que los fibroblastos utilizan para sintetizar las moléculas de colágeno (en primer lugar: la glicina, la prolina y la lisina) y otros nutrientes muy útiles para el proceso de síntesis. He aquí la lista de los más importantes.

  • Glicina: proviene de la colina (un tipo de vitamina B presente en alimentos como los camarones, los huevos, las vieiras y el pollo) de la treonina y de la serina.
  • Prolina: se encuentra en la clara del huevo, en la soja y en las coles.
  • Lisina: es un aminoácido esencial que se encuentra en todos los alimentos que contienen proteínas: carne, pescado, quesos, fruta, legumbres, derivados de la leche.
  • Antocianinas: se encuentran en los frutos del bosque, moras, arándanos, cerezas y frambuesas.
  • Cobre: es un micronutriente importante porque aumenta la formación de colágeno y de elastina. Está presente, sobre todo, en las nueces.
  • Zinc: está presente en el salmón, en el edamame, en las nueces y en el yogur griego.
  • Vitamina A o betacaroteno: es muy rica en las batatas, (las de color rojizo), en los pimientos amarillos (que también tienen mucha vitamina C) y en las verduras de hoja ancha.
  • Vitamina C: (cítricos, pimientos) ayuda a la síntesis del colágeno.
  • Taurina y ácido lipoico: ayudan a reparar las fibras de colágeno dañadas y ambos se encuentran presentes en el ajo.

3. Hagamos un exfoliante y una mascarilla ilumina-rostro

El exfoliante es una forma muy sencilla de restaurar luminosidad al rostro. Al eliminar las células muertas y los residuos de maquillaje se restituye color a la epidermis y le permitimos respirar. Es suficiente una exfoliación cada diez días; para evitar que la piel pierda su propia protección natural se pueden hacer exfoliantes fáciles de preparar en casa que todas las mujeres conocen, por ejemplo: el que se hace con miel y azúcar moreno. Se aplica masajeando y se elimina con agua.

Si, a continuación, queremos preparar una mascarilla regeneradora natural, no tenemos más que mezclar un huevo con dos cucharadas de agua de rosas y dos cucharadas de glicerina (esta última ayuda a hidratar la piel). La dejamos actuar sobre el rostro durante 15 minutos y, a continuación, limpiamos con agua tibia.

4. Entrenemos los músculos del rostro

Hay otro sistema práctico y completamente gestionado por uno mismo para devolver tono y luminosidad a la piel: la gimnasia facial. Esta gimnasia, también llamada «yoga facial», establece una serie de ejercicios (no muy distintos a una tabla de las que seguimos en el gimnasio para el resto del cuerpo) que tienen como objetivo tonificar los músculos del rostro.

A través de una serie de contracciones se insta a cada músculo del rostro con el fin de recuperar turgencia y elasticidad, neutralizando las imperfecciones que había ayudado a crear con su propia relajación (por ejemplo, las arrugas y el óvalo del rostro). La gimnasia facial tiene un efecto correctivo, pero si se practica incluso antes de los 25 años puede realizar una importante función preventiva. Por supuesto, es una práctica que da resultados solo si se lleva a cabo con compromiso y continuidad. Si practicamos veinte minutos al día (quizá diez minutos cada mañana y tarde) después de dos semanas ya tendremos una piel más tonificada y luminosa.

5. Usemos productos para la piel con acción antioxidante

En periodos de particular estrés para la piel, por una mayor exposición a los rayos UV o una prolongada toma de medicamentos, es importante utilizar productos para la piel que desarrollen una acción antioxidante específica. VISCODERM® Cream, gracias al extracto seco de corteza de pino PYCNOGENOL®, puede disminuir el daño de los radicales libres que pueden aparecer durante una alteración significativa de la piel, por ejemplo, como consecuencia natural de un tratamiento dermoestético a base de rellenos. La crema también realiza una función hidratante y calmante para dar al rostro un aspecto tonificado y relajado.

Como alternativa a la crema, la línea Viscoderm propone también un suplemento para tomar por vía oral: VISCODERM® Pearls, que también contiene colágeno hidrolizado, para favorecer la síntesis de la matriz extracelular.

La belleza siempre ha sido una carrera contra el tiempo. Hoy en día, sin embargo, gracias al progreso del conocimiento y de las tecnologías dermoestéticas, hemos conseguido sacarle unos metros a nuestro adversario. Podemos partir con ventaja.

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