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LAXITUD DE LA PIEL. PARA REAFIRMAR LOS MÚSCULOS EL GIMNASIO ES SÓLO EL COMIENZO.

LAXITUD DE LA PIEL. PARA REAFIRMAR LOS MÚSCULOS EL GIMNASIO ES SÓLO EL COMIENZO.

La laxitud cutánea depende de la pérdida progresiva de colágeno y de elastina. Combatámosla con actividad física, una dieta específica y un estilo de vida saludable.

El óvalo de la cara que pierde definición, el doble mentón que comienza a emerger, el cuello que se llena de líneas verticales. Y luego la piel de los muslos y la parte interna de los brazos que pierde tono, se vuelve más fina y cede a la fuerza de gravedad cada día más. Estos son los signos inequívocos de la laxitud de la piel, una condición que se desliza lenta pero seguramente en nuestras vidas a partir de los 30 años.

La laxitud cutánea es la forma más explícita e inequívoca de envejecimiento causado por factores internos, es decir, de carácter genético, metabólico y hormonal. Al igual que todas las células, también las de la piel, con el envejecimiento experimentan una ralentización del metabolismo y, por lo tanto, la reposición se produce de forma más gradual. Debemos partir de la base de que la laxitud de la piel es una condición complicada que no puede ser tratada sólo con actividad física o con la aplicación de alguna crema, sino que requiere un conjunto integrado de acciones.

¿A qué nos referimos exactamente cuando hablamos de laxitud de la piel y piel flácida?

Este término genérico abarca dos condiciones muy diferentes: el exceso de piel, es decir, la piel distendida y colgante (redundancia de la piel) y la piel flácida (elastosis). La redundancia de piel, es decir, la piel distendida y colgante, generalmente ocurre después de la perdida repentina de peso o el embarazo. En estos casos, se produce un desprendimiento y vaciado del panículo subcutáneo (o hipodermis). Pero, aunque la piel parezca laxa y colgante, en realidad sigue siendo elástica y tonificada y puede volver a un mejor estado desde el punto de vista fisiológico y estético.

El asunto se vuelve más problemático cuando los cambios en el grosor y la pérdida de tono y de elasticidad dependen de una degradación de la calidad de la piel. Es decir, cuando las principales proteínas fibrosas (colágeno y elastina) y el ácido hialurónico se degradan y se empobrecen.

En este caso, las propiedades viscoelásticas de la piel están comprometidas. La causa de esta degeneración está vinculada al proceso de senescencia y a menudo tiene causas genéticas. Pero también puede depender del estrés excesivo producido por un movimiento: piense en el cuello y las rodillas. La laxitud depende de la escasez de las masas musculares y adiposas, para sostener la piel.

La elastosis es una degeneración de las fibras elásticas presentes en el tejido conectivo y especialmente en la dermis. Por lo general, depende de un proceso de senescencia (elastosis senil) pero también puede ser causado por una excesiva exposición al sol o a los rayos ultravioleta (elastosis actínica). Esta última condición tiene síntomas muy antiestéticos. La menor producción de fibras elásticas lleva a una pérdida progresiva de la textura dérmica, y como resultado la piel se seca y se llena de una red de arrugas profundas.

¿Cómo se combate la laxitud? Tres formas de prevención.

La laxitud de la piel es un proceso ineludible debido al envejecimiento natural, pero esto no significa que no se pueda prevenir o controlar. En ambos casos es necesario estimular la piel para que produzca nuevas fibras de colágeno, la proteína que la hace elástica y resistente. ¿Pero cómo hacerlo?

El ejercicio físico

El deporte, y en particular, el que se basa en movimientos prolongados, pero de bajo impacto, como correr y nadar, activa la circulación sanguínea irrigando con eficacia los tejidos. La combinación de ejercicio físico y entrenamiento de resistencia mejora el tono muscular, mientras que el estiramiento relaja el cuerpo y estira los músculos, ayudando a aumentar la elasticidad de la piel.

La dieta.

Hay alimentos que pueden estimular la síntesis de colágeno y la producción de elastina más que otros. Por ejemplo, todos los alimentos ricos en vitamina C. Alimentos ricos en lisina como el pescado, el queso, las lentejas, los guisantes, los frutos secos y los productos de soja. Alimentos ricos en manganeso (piña, nueces, granos enteros, verduras de hoja verde, algas) y cobre (nueces, semillas de girasol, lino y sésamo, alimentos integrales).

Estilo de vida.

El tabaco, la exposición a la luz del sol sin la protección adecuada, las dietas de choque que nos hacen perder peso y luego recuperarlo: son malos hábitos que rápidamente dejan su firma en nuestra piel. Es mejor dejarlos ya.

Los métodos de la medicina estética.

Cuando la prevención ya no es suficiente, se pueden utilizar los métodos de la medicina estética. Pero antes de recurrir a la cirugía como el lifting, hoy en día, podemos recurrir a varios métodos no invasivos y muy eficaces. Estos son los tratamientos estéticos más utilizados para tratar la flacidez de la piel.

Radiofrecuencia: se transmite calor a las capas profundas de la piel sin afectar a las superficiales, en forma de ondas electromagnéticas. Las fibras de colágeno se desnaturalizan y esto estimula la producción de nuevas células.

Biorevitalización cutánea: la inyección subcutánea de sustancias que estimulan la producción de nuevos fibroblastos, iniciando una nueva renovación celular, estimulando la microcirculación y la hidratación.

Relleno de ácido hialurónico: inyección subcutánea de sustancias que estimulan la producción de nuevos fibroblastos e inician una nueva renovación celular, estimulando la microcirculación y la hidratación.

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